La dama de la oscuridad
Paradoxus Luporum

La dama de la oscuridad vive en el bosque,
y observa a la luna con una bola de cristal.
De fuego y de hilo es su piel y en el pecho esconde,
la hermosa armonía que trae su raíz mineral.
Hacia el ocaso, su voz trenza la noche,
por eso es posible escuchar a los astros hablar.
La dama de la oscuridad duerme en la rama
de la que pende la insigne manzana de Adán,
Y con tierna sutileza me convida a quebrantar;
La ley de Dios,
y del color de la amapola
mi corazón se torna,
y ya no hay norma
ni perdón.
Me trae su olor,
cual tersa flor me da su aroma.
Su tenue voz me doma
y tomo forma
de Dios.
La dama de la oscuridad guarda en sus dientes,
la sangre vertida en el nombre de la libertad.
Su pelo de cálido sur rodea mi vientre
y entrega a mi mente el sonido apacible del mar.
Cuando regresa la luz su espíritu duerme
y juega a fingir que su vida es como las demás.
La dama de la oscuridad duerme en la rama
de la que pende la insigne manzana de Adán,
Y con tierna sutileza me convida a quebrantar;
La ley de Dios,
y del color de la amapola
mi corazón se torna,
y ya no hay norma
ni perdón.
Me trae su olor,
cual tersa flor me da su aroma.
Su tenue voz me doma
y tomo forma
de Dios.
La dama de la oscuridad teje mis sueños
y enseña orgullosa y risueña a mi alma a volar.