Relato de Bartimeo
Jose Luis Melgar

Míralo, viene bajando,
Con un madero tosco y recio,
Algunos le van gritando necio,
Otros e burlan de su aspecto
En su cabeza hay una corona,
Compuesta por miles espinas,
Ha vuelto a caer en una esquina,
Y un guardia le dice; ¡levántate y camina
Llegó al lugar de la calavera,
Y lo tiraron de espalda al suelo,
y gritos de dolor que Él va emitiendo.
Lo levantaron en la cruz
Él era Jesús lo reconocí
Él me dio la vista a mí
Como puede ser que un hombre que hizo el bien
Tenga que perecer
Empecé a gritar para que lo soltaran
Empecé a gritar para que lo liberaran
Empecé a gritar en medio de la multitud
Nadie me quiso escuchar.
A medio día dijo tengo sed
Y le dieron una esponja con vinagre,
Él no tenía sed de agua; Él tenía sed de amor de madre.
Como todo buen hijo le habló a su padre
y le entregó su Espíritu;
Y en medio del dolor que el sentía mi
Jesús murió sonriendo,
Lo levantaron en la cruz
Él era Jesús lo reconocí
Él me dio la vista a mí
Como puede ser que un hombre que hizo el bien
Tenga que perecer
Empecé a gritar para que lo soltaran
Empecé a gritar para que lo liberaran
Empecé a gritar en medio de la multitud
Nadie me quiso escuchar.
Su juventud la entregó, lo hizo por ti
Su cuerpo lo entregó lo hizo por amor,
Cuan do el supo que iba a morir empezó a sonreír
por que el sabia que tu estarías aquí