Homenaje al Chato Ambrosio
Curtidores de Hongos

Por la plaza de las alamedas
echaste la falta con el corazón,
en la esquina del vidrio, en La Teja,
y en La Gran Muñeca brilló tu pregón,
fuiste joya de Los Saltimbanquis,
rey de los Plebeyos, pierrot en La Unión,
trovador en la murga del humo
y un toma consumo de humilde overol,
adiós, adiós, esta barra levanta su copa,
adiós, adiós al juglar que cantó a quemarropa
espartano en jocundas batallas
Cuando su garganta suelta su león
El susurro se vuelve metralla
A mansalva jazmines en flor
Pateador del penal en la hora
Con alma de acero templado en la voz
Cuando arranca tu locomotora
Abran cancha que se marcha un curtidor
Salúd, salúd, para siempre venciste al olvido
Salúd, salúd, en el club sigue el fuego encendido
Adiós, adiós, adiós adios
Hasta siempre amigo, adiós