Y para qué?
Jose María Napoleón

Como una ola sin freno
desbocado y sereno, como quisiste te amé,
te di mi fuerza y mi orgullo
por ese gran amor tuyo lleno de ti lo olvidé.
Entre ternuras te puse
te abrigué entre mis brazos, te di mi amor y mi fe,
para que no te faltara
calor en la madrugada junto a ti me acurruqué.
¿Y para qué? ¿y para qué?
si tú jamás diste nada, no te importó que llorara
ni preguntaste por qué …
¿y para qué? ¿y para qué?
¿de qué sirvió ser tu almohada?
tu peldaño, tu escalada ¿para qué, para qué?
Cuando me necesitaste
siempre fiel me encontraste como agua para beber,
mi mejor rosa cortaste
mi corazón desangraste para marcharte después.
SE REPITE CORO