Cuando los músicos-poetas de la pretransición no tienen más armas que la guitarra y la palabra para decir en voz alta lo que sienten, padecen y quieren denunciar, surgen cantautores como José María Alonso, auténticos, sinceros y del pueblo. No dejemos que sus canciones sean enterradas. LA RE MI Un sombrero de palma, un candil LA el silbar de un chiquillo feliz, RE MI una hembra, un borrico, un barril LA con aceitunas LA RE MI El orgullo de ser andaluz LA una fe invulnerable en la cruz, RE MI el arrullo del viento del sur, LA son su fortuna RE Vivar, Vivar, MI LA si me enseñas a creer en tu Dios, RE yo te enseño la Biblia, el catón MI LA y a escribir poemas RE Vivar, Vivar, MI LA si me enseñas como haces crecer RE esa espiga te enseño francés MI LA y a hacer tus cuentas RE MI Oiga amigo, perdóneme usted, LA "pa" qué quiero aprender yo a leer, RE MI si no tengo más verso, ya ve, LA que el de mi arao. RE MI "Pa" qué quiero yo hablar en Francés, LA si como hablo me "tién" que entender RE MI el tasquero, el amo, mi mujer, LA mi buey y el carro. RE Y allá se fué MI LA Vivar con su borrico y su cruz, RE MI su sombrero, su acento andaluz LA y su sonrisa. RE Y me quedé MI LA con mis libros y mi poca fe, RE MI sin saber cómo se hace crecer LA aquella espiga. RE Vivar, vivar,...