El buen ladrón
Felipe Gómez

Con su mirada serena, desde el cielo me miró
Borrando toda condena mi maldad el perdonó
Tenía sus manos clavadas, flagelado el corazón
Pagaba todas mis penas con su sangre y su dolor
Con su sangre y su dolor
Crucificado a mi lado y muriendo por mi mal
Pero el no tuvo pecado, fue la cruz su pedestal
Porque si solo sus labios se teñían de verdad
Mientras mi boca perdida en blasfemias y maldad
En blasfemias y maldad
Porque si solo sus labios se teñían de verdad
Mientras mi boca perdida en blasfemias y maldad
En blasfemias y maldad
“Padre que vas a los cielos no pido bajar de aquí
Pero al llegar a tu reino Señor acuérdate de mí
Señor acuérdate de mí”
Pero unas solas palabras y en la cruz yo fui ladrón
Porque aún clavado y muriendo me robé su corazón
Me robé su corazón,
Me robé su corazón