Late
Compadre Ernesto

Desde la selva desde los ríos
se oye un lamento constante
Desde horizontes bien pequeñitos
a corazones gigantes.
La nostalgia del granjero;
la moral del inmigrante.
En la patria un ventisquero;
del frío nace el ignorante.
Encadenado por las banderas,
cegado por las distancias.
Sufre el latino el hambre en su tierra
en medio de la abundancia.
No conoce otro dialecto
de hace siglos de opulencia
el que cuenta la leyenda
pasó de padre a mercenario
Y el corazón no nos da tregua,
nunca finge ser de piedra, late no más
y la figura si es de piedra
da sus frutos a la tierra
Que nuestra sangre no está en venta,
nuestros gritos no se ausentan, no se quede atrás
que el renacer de américa latina
se está fraguando en la cocina.
Son nuestros bosques son nuestros ríos
oasis pa' sus desiertos
ellos trajeron la dictadura
y nos dejaron los muertos
Vale más que mil palabras,
una imagen de fabellas
pasta base que nos cargan
de su coca siempre buena
Y el corazón no nos da tregua,
nunca finge ser de piedra, late no más
y la figura si es de piedra
da sus frutos a la tierra
Que nuestra sangre no está en venta,
nuestros gritos no se ausentan, no se quede atrás
que el renacer de américa latina
se está fraguando en la cocina.