DO FA A lomos de un gran tostado SOL7 DO que escarsea briosamente FA e inclinada la alta frente SOL7 DO que ya la gloria ha besado. MI7 LA Va el jinete ensimismado MI7 LA ajeno a todos los ruidos SOL7 DO los ojos pardos perdidos SOL7 DO en sabe dios que visiones FA los ojos de los fogones SOL7 DO se van quedando dormidos. Es él, es el cabo viejo de la guerra del 70 y de la tricolor cruenta donde se jugó el pellejo. Viendo su duro entresejo su noble faz contraída se comprende que su vida a elegido ya el camino de unir su propio destino al de la patria querida. Y llega al fin la mañana del 2 de marzo luctuoso Paso del Parque el reposo ya cesó antes de la diana. En la quietud comarcana mil ruidos surgiendo están ya los Saravias están forjando para la historia otra página de gloria a orillas del Río Daymán. Allí fue grande Aparicio a pesar de su derrota una luz en su alma brota que lo impulsa al sacrificio. Su figura de patricio se agiganta en la pelea y mientras Muniz golpea división tras división el izó su corazón en el mástil de la idea Cuando al fin de la jornada donde brilló su valor con lágrimas de dolor dirige la retirada. Abarca con la mirada todo aquél cuadro dantesco y en un gesto Versallesco exclama con voz quebrada No me viven camaradas porque yo no lo merezco. Ese era el águila blanca es el caudillo inmortal que precipita el caudal de la admiración mas franca. Quizá en alguna barranca del impetuoso Daymán sus manos agitarán campanas de oro y de bronce por Couto, Denis y Ponce que allí descansando están.